Aniversario de la elección del P. Carlos Luis Suárez Codorniú
Padre Carlos Luis Suárez Codorniú. Undécimo Superior general (20 de julio de 2018). Nació el 2 de septiembre de 1965 en España. Hizo su primera profesión religiosa el 29 de septiembre de 1984 y fue ordenado sacerdote el 14 de septiembre de 1990. Fue elegido undécimo Superior general de nuestra Congregación el 20 de julio de 2018.
Carta programática 2018-2024,
Su camino es nuestro camino, Roma, 31 de mayo de 2019
Queremos renovar agradecidos nuestra condición de discípulos. Aun reconociéndonos frágiles, anhelamos proclamar en toda ocasión y lugar que “su camino es nuestro camino” (Cst. 12). ¿Cómo hacerlo si no es contemplando y viviendo el Evangelio que se nos ha dado? Así lo asumió nuestro Fundador: “[El Evangelio] es el libro que deben estudiar, meditar y, por así decirlo, devorar constantemente”[1].
En el P. Dehon encontramos el testimonio coherente de una vida abierta al Evangelio: lo contempló, lo vivió y lo compartió. La lectio continua de la Buena Noticia, la cercanía a la Eucaristía y su compromiso con los desafíos de su tiempo, marcaron su profunda vida espiritual y su intensa actividad pastoral. En él reconocemos la impronta de “una auténtica «cultura eucarística». Un modo de pensar y de actuar que se resume en tres palabras: comunión, servicio, misericordia”[2].
A la luz del carisma que cada uno hemos recibido y que compartimos, queremos seguir acogiendo este don en obediencia atenta al querer de Dios. Pero al igual que acontecía en el grupo de los discípulos, no estamos exentos de distracciones, conflictos y arrogancias. Como ellos, necesitamos seguir ajustando mente, corazón y pies a la enseñanza del Maestro: “la calidad de nuestra vida religiosa y la eficacia de nuestro apostolado dependen, en gran parte, de nuestro constante esfuerzo de adaptación y renovación” (Cst. 104).
La renovación de nuestro discipulado se verifica también en la proximidad existencial a tantas realidades humanas en las que pareciera que invertir la vida y lo que tenemos es tan solo pérdida: “Nosotros somos discípulos de Cristo, cuyo corazón parece más inclinado hacia las clases desafortunadas, y que abraza con ternura a los pequeños y oprimidos”[3].
Oración por la Congregación y sus superiores
Jesús, buen Pastor,
que reúnes a esta familia en tu Iglesia,
atraída por el amor de tu Corazón:
concédenos, mediante la comunión y la obediencia,
formar un solo corazón y una sola alma,
para dar testimonio de tu presencia en el mundo,
en la alegría y sencillez de corazón.
Te pedimos por nuestros superiores, que,
con espíritu evangélico y siguiendo tus huellas,
nos guíen por el camino de la unidad
y de la entrega a los hombres.
Que tu Espíritu, con todos sus dones,
les asista en el servicio a ellos confiado,
para que, con fuerza y suavidad,
nos lleven a ti en el común servicio a tu Reino.
Te pedimos por las vocaciones en tu Iglesia.
Que tu llamada y elección encuentren respuesta
en los corazones que Tú mismo has creado,
para que cada día aumente
esta familia de testigos de tu amor.
Bendice nuestras comunidades y nuestras obras,
para que haciendo de ellas
lugares de fraternidad evangélica,
realicemos la verdad en el amor. Amén.
[1] L. Dehon (1902), EXT 8035170/02.
[2] Papa Francisco, Discurso a la plenaria del Comité pontificio para los Congresos eucarísticos internacionales, Roma 10.11.18.
[3] L. Dehon (1897), REV 8031040/6.