En 2022 los Dehonianos de Ecuador celebrarán los 25 años de su fundación. El P. Levi, consejero general, realizó recientemente una breve visita al distrito.
Quito está situado a casi 3000 metros sobre el nivel del mar. Es una ciudad muy hermosa situada geográficamente entre volcanes. Cualquier visitante se asombra al verlo. Sin embargo, nuestros cohermanos ya se han acostumbrado a vivir en este entorno y se han hecho amigos del frío, la latitud y los constantes cambios de clima. La belleza natural y el maravilloso patrimonio histórico de Quito contribuyen a una convivencia pacífica con los cráteres (¡algunos de ellos activos!).
Hay cuatro comunidades religiosas dehonianas en el Distrito: en la ciudad de Quito dos: Miraflores (Quito I) y Argelia (Quito II), Baia de Caraquez, en la costa ecuatoriana y en Bogotá, Colombia. Hay 13 SCJ trabajando en el Distrito. Proceden de Ecuador, Brasil, Chile, Colombia, España, Argentina e Indonesia.
Todos ellos se dedican al trabajo parroquial y a la pastoral social. Aunque mi visita fue breve, pude ver exactamente el alcance de la misión de los dehonianos en estos lugares. También pude experimentar la profunda riqueza cultural que caracteriza a ese país. Hay una clara diferencia de tradiciones, comida y mentalidad y, sobre todo, de clima entre Quito y Bahía de Caráquez.
Todo esto, por supuesto, no obstaculiza el trabajo religioso-pastoral. Ambas realidades son abiertas y acogedoras. Las comunidades son alegres y participativas y celebran sus santos patronos con fervor y celo. E incluso ante los límites impuestos por la pandemia, intentan seguir con su devoción. Son personas de fe.
Sin duda, la fe ha ayudado a los habitantes de la provincia de Manabí de una manera indescriptible. En 2016, un terremoto destruyó varias casas en varios pueblos de la costa, incluso en la bahía de Caraquez. Poco a poco las ciudades van retomando la vida sin olvidar aquellos minutos de terror que se cobraron muchas vidas. Incluso hoy en día hay lugares condenados por el riesgo de derrumbe. Muchas familias tuvieron que abandonar sus hogares y trasladarse a zonas más seguras. El turismo dejó la región generando una grave crisis económica. Muchas personas están en el paro. Muchos intentan sobrevivir vendiendo frutas y especias típicas de la región en las calles de las ciudades.
Los SCJ están haciendo todo lo posible para servir a las comunidades y ayudarlas a recuperarse de esta catástrofe. Por ejemplo, a través de comedores donde se sirve comida a los sin techo y a otras familias necesitadas. Uno de estos comedores se llama Comedor del Padre Dehon. Nuestros cohermanos insisten en transmitir a las personas que acuden allí quién era el P. Dehon y la dimensión social de nuestro carisma. Con el apoyo de laicos comprometidos es posible alimentar a muchas familias pobres.
También las comunidades rurales se benefician de programas sociales patrocinados por la Provincia Española que tienen como objetivo principal la educación de los niños. Están acompañados económicamente por benefactores laicos, llamados padrinos, que envían una contribución económica para que los hijos de los agricultores y comerciantes sigan en la escuela. Este proyecto se llama patrocinio.
También está el Proyecto Orbayu, que consiste en apoyar a las microempresas y a los pequeños agricultores con créditos sin intereses. ESIC, la Provincia Española y una compañía de seguros patrocinan este proyecto.
Gracias al compromiso de todos de continuar la obra iniciada por los primeros misioneros españoles a su llegada a Ecuador (15.10.1997), el Distrito continúa su camino, dando frutos también en materia de vocaciones: el P. Humberto es el primer sacerdote ecuatoriano. Actualmente dos novicios, ecuatorianos, se preparan para su primera profesión religiosa y otro hará su noviciado en Brasil. Algunas vocaciones están siendo acompañadas.
El próximo año se celebrará el 25º aniversario de la fundación del Distrito de Ecuador (ECU).
