Reflexión sobre el 4º domingo de Adviento
Queridos hermanos en el Señor, hoy celebramos el cuarto y último domingo de Adviento. El domingo pasado, se nos invitó a preguntar a las personas adecuadas lo que debíamos hacer. Hoy, se nos invita a entrar en el plan de Dios. Esto es lo que hizo Cristo, cuya venida esperamos, junto con sus padres, la Virgen María y san José. Ambos tenían planes personales que, aunque importantes y justos, no correspondían a lo que estaba escrito sobre ellos en el Libro. En cuanto tomaron conciencia de ello, a través de los mensajes del ángel, abandonaron esos planes para cumplir el que Dios les tenía reservado. María lo hizo tan bien que su Hijo dijo de ella: “Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11,28).
No somos una generación espontánea, fruto del azar. Como criaturas de Dios, Él tiene un plan y un propósito para cada uno de nosotros. Por eso es importante que escuchemos al Señor, que tomemos conciencia de su plan para nosotros y, como Cristo, tomemos la valiente decisión de cumplirlo. “El cáliz que el Padre me ha dado, ¿me negaré a beberlo?” (Jn 18,11).
Esto es también acoger a Cristo: estar dispuestos a cumplir, como Él, lo que está escrito para nosotros, con todas las alegrías y sacrificios que ello conlleva.
Feliz domingo y santo día para vosotros. ¡Que Dios os bendiga a todos!