“Cada dehoniano es un misionero allí donde esté”

Decimosexto día del capítulo dedicado al tema de la misión. Se propuso establecer un Plan de Misión Internacional y la Comisión de Justicia y Paz.

de  Willyans Prado Rapozo, SCJ

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Con la gracia de Dios, hemos entrado en la última semana del XXV Capítulo General. El decimosexto día comenzó con la Santa Misa celebrada en portugués. El celebrante principal fue el P. João Nélio Simões Pereira, superior provincial de Portugal. En la sala capitular, el P. Nélio pronunció una breve homilía sobre la liturgia de hoy. Recordó que en lo alto de la montaña, Jesús enseña a la multitud; bajando de ella, cura y realiza milagros. Con palabras y obras, Jesús ha llamado la atención de la gente hasta el punto de que querían hacerle rey. Sin embargo, Jesús no permitió que la fama le distrajera del cumplimiento de la voluntad del Padre. Al otro lado del mar, revela su propia condición de pobreza y la expectativa de radicalidad de quienes le siguen. Al maestro de la Ley que quería seguirle, le dijo: “El Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”. En el mismo sentido, el discípulo debe tener una disposición libre a la entrega: “El que pone la mano en el arado no debe mirar atrás”. Seguir a Jesús es exigente, y reconocemos nuestros fracasos a la hora de abrazar la radicalidad. Estamos llamados a una conversión constante, a volver al Evangelio. Como dice Jesús: “El discípulo no es mayor que el maestro”. En nuestra misión dehoniana, estamos llamados a dejar atrás seguridades y comodidades para ir con él a lo desconocido. Como afirma el Libro de Amós, Dios está con los pequeños y no apoya la opresión de los pobres. Sirviéndoles es como viviremos nuestro carisma de unión con Cristo.

Tras la meditación, los participantes en el capítulo se reunieron en grupos lingüísticos para trabajar sobre el tema de la Misión. Por la tarde, los grupos compartieron su reflexión en la asamblea. Las principales cuestiones identificadas fueron la falta de disponibilidad para la misión, un activismo que conduce al agotamiento, la falta de directrices comunes para la misión y la internacionalidad. Se presentaron ideas para un Plan Misionero Internacional para ayude a las entidades a establecer asociaciones, formación inicial y permanente para la misión, y la internacionalidad como posibles acciones para abordar estas cuestiones. El Capítulo también siente la necesidad de reactivar la Comisión de Justicia y Paz, para responder a los desafíos urgentes del mundo actual, como la migración, el tráfico de seres humanos, el cambio climático, la amenaza de las armas nucleares, y un desarrollo humano integral en armonía con toda la creación.

Entendemos que la misión dehoniana es amplia y abarca toda realidad de fragmentación. Cada dehoniano es un misionero allí donde esté. Además, la misión no es sólo lo que hacemos, sino la expresión concreta de nuestro carisma de oblación al servicio de la reparación. Como discípulos del P. Dehon, estamos llamados a tener un corazón misionero con el deseo de ofrecer nuestros talentos para enriquecer a los demás y a servir especialmente a los pobres olvidados y marginados.

Para terminar el día, votamos algunas decisiones y recomendaciones sobre el tema de la Identidad Dehoniana debatido la semana pasada. Éstas ayudarán a la Administración General a elaborar un programa para los próximos seis años y nos ayudarán a profundizar en nuestro sentido de pertenencia a la Congregación.

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