El Corazón de Jesús es el lugar visible de la misericordia

La devoción al Corazón de Jesús está en el centro de nuestra espiritualidad. Lamentablemente por prejuicios de las sociedades ilustradas la devoción como fuente espiritualidad fue arrinconada y desapareció de nuestras reflexiones teológicas. Quisiera compartir hoy con los hermanos de la congregación y todos aquellos que de algún modo se sienten vinculados a la congregación o a su espiritualidad compartir de modo breve algún aspecto de la Devoción al Corazón de Jesús. No expongo mis ideas, sino que me centro en el Retiro del Sagrado Corazón de Jesús escrito por Dehon. Lo que comparto no es un resumen del retiro, sino un único aspecto, un único capítulo en la que el P. Dehon vincula la espiritualidad del Corazón de Jesús con la misericordia. Prefiero centrarme sólo en un aspecto y sacarle jugo a ese aspecto, que divagar sobre conceptos comunes compartidos, sin señalar la particularidad en la que esos conceptos son leídos.

El Sagrado Corazón es misericordia

El Sagrado Corazón es, para el P. Dehon, uno de los modos de decir la misericordia en su obra Retiro del Sagrado Corazón: « “Jái montré ensuite combien mon Cœur est miséricordieux pour le pécheur repentant” ; Contemplez et voyez les phases et les progrès de cette conversion, vous apprendrez à mieux connaître ma miséricorde et la bonté de mon Cœur” : “Mais ce que j’ai voulu mettre en relief dans cette parabole, c’est l’accueil miséricordieux que mon Cœur fait au pécher repentant »  En esta obra, nuestro fundador une la misericordia a la contemplación y devoción al Sagrado Corazón. Un dato bastante curioso es que los términos Corazón y Amor son los más frecuentes en todo el texto, le siguen reparación, entrega de sí mismo y misericordia. Aunque la misericordia no es la que se lleva el palmarés, sin embargo, en seis meditaciones el P. Dehon reflexiona directamente sobre ella, se tratan de las meditaciones 5, 19, 21, 22, 23 y 24. De estas seis, las cuatro últimas asocia la misericordia a la conversión, la 19 une misericordia y regreso al amor del Señor, mientras que la cinco inaugura el tema que será tratado en diferentes meditaciones.

Hablar del amor, sintiendo el amor para ejercitar el amor

Para entender mejor lo que aquí expongo, señalo brevemente, algunos aspectos de la estructura del retiro. El Retiro del Sagrado Corazón consta de 40 meditaciones en las que la primera y las dos últimas forman una especie de inclusión: Aquel que es caridad y nos creó por amor, es aquel que reinará en las almas y en las sociedades por medio del Corazón de su Hijo. Todo nace del amor y todo tiende al amor. El objeto del retiro: hablar del amor, sintiendo el amor para ejercitar el amor. El texto es escrito en un estilo devocional. No es de extrañar, entonces que el P. Dehon ponga en boca de Jesús palabras de súplica, compasión, cercanía y dolor. El estilo devocional en el que está presentado el retiro no pretende llevar al ejercitante a finalizar en prácticas piadosas puntuales. La devoción que procura el fundador es la superación de lo que él llama tibieza que aleja al hombre del amor: “Ils se font illusion sur l’état de leur âme, sur le mal qu’ils Font et sur le bien qu’ils croient faire. Ils se croient riches en grâce, quand ils sont misérables et pauvres” . Al contrario de las lógicas que busca el dominio, el retiro nos introduce en una lógica de entrega (oblación) por amor al Corazón de Jesús y por amor a los hermanos. El retiro está lejos de ser un manual de ejercicios piadosos. Este peligro manualístico sólo se puede evitar cuando se lo lee con devoción en la lógica del amor oblativo.

Dios Padre, fuente de misericordia

Los textos bíblicos que acompañan las meditaciones son el eje en torno al que gira la meditación. En la quinta meditación, que trata precisamente de la misericordia, el punto de partida es Lc 1,68.77;79, en la que se destaca la expresión del versículo 78: “per viscera misericordiae Dei nostri, in quibus vistavit nos Oriens ex alto”. Para entender lo que aquí se propone es preciso enganchar con la meditación cuarta que pone de relieve la centralidad que debe tener la paternidad de Dios en un discípulo del Corazón de Jesús. En efecto, por la filiación tenemos derecho a ser parte de la casa paterna y a la ternura, atención y a la herencia del Padre. Esta ternura es tal que la imagen, descrita en el evangelio de Lucas, de los sentimientos que el padre muestra al hijo pródigo, son una débil figuración de aquello que el padre celestial siente realmente por los pecadores. De allí que no extrañe que en esta quinta meditación el P. Dehon coloque en boca del salvador a convicción de que “(le) Père est la source même de la miséricorde”. Dehon está convencido que el alma que abandona a Dios jamás es abandonada por el Padre, al contrario, el Padre soporta con paciencia su indiferencia y espera con longaminidad el regreso del Hijo: “Miserator et misericors Dominus, patiens et multum misericors” (Sal 144,8). Antes de hablar del pecado y de sus consecuencias, el retiro nos coloca en sintonía con la misericordia: “non seulement Dieu dans sa bonté ne punit pas les pécheur qui l’offense, mais le comble encore de toutes sortes de bien” . Este texto es central a la hora de leer las meditaciones que se tienen por objeto tratar del pecado, éstos deben ser leídas a la luz de aquel de lo contrario se corre el peligro de presentar a Dios como un Dios que es sólo de Juicio, siendo que esencialmente es misericordia.

La misericordia restituye la dignidad de ser Hijo

Una lectura atomizada del retiro puede desfigurar la imagen misericordiosa del Padre y puede acentuar una imagen que está lejos de reflejar su ternura. Para un discípulo del Corazón de Jesús la Misericordia no lo deja indiferente frente al pecador atrapado en el pecado. La misericordia rescate y restituye: “La miséricorde divine à l’égard des pécheurs se révèle encore par les incessantes sollitations qu’elle leur adresse pour les convertir”. La misericordia del Corazón de Jesús es ante todo permanente cercanía, incluso, cuando el hombre decide alejarse para vivir su propia vida. Esta misericordia no es ningún borrón y cuenta nueva dejando al pecador como un adeudado que al ser perdonado por no poder pagar, termina víctima de una deuda de gratitud mayor a la que antes tenía. La misericordia, restituye la dignidad de ser Hijo. Dios restituye la dignidad, sin imponerla, simplemente apela, llama, suscita y nunca obliga. “Cette miséricordieuse bonté de mon Père se révèle dans le Prophètes dont il emprunte la voix pour appeler les pécheurs à la pénitence et leur promette le pardon”. En la devoción al Corazón de Jesús se intuye una permanente dialéctica entre bondad, gracia, ternura y conversión. No es menos bondadoso el Padre porque cuando llama a la conversión, que cuando abraza con ternura. Cada instante es testigo de la paterna bondad amorosa manifestada en el corazón de su Hijo. Como el discípulo también nosotros debemos decir “cette miséricorde, je l’adore en particulier dans le Cœur de Jésus où elle s’est incarnée pour nous visiter et nous sauver”. El Corazón de Jesús es, para el P. Dehon, el lugar visible de la misericordia.