En el 57 Aniversario de la muerte del P. Andrés Prévot, scj
P. Andrés Prévot murió en Brugelette (Bélgica) el 26 de noviembre de 1913.
Es necesario desbordar la medida de la caridad.
Procuraré repetirme a mí mismo en toda ocasión:
es necesario desbordar la medida de la caridad.
Si el amor propio me dice:
es necesario defender tus derechos, responderé:
es necesario desbordar la medida de la caridad.
Si la acedia me dice: necesitas descansar, responderé:
es necesario desbordar la medida de la caridad.
Si la prudencia de la carne pretende que no es necesario prodigarse
para no perder el propio prestigio, responderé:
es necesario desbordar la medida de la caridad.
Si me molestan o estoy cansado, me diré a mí mismo:
ánimo, es necesario desbordar la medida de la caridad.
A su vez, cuando tenga necesidad de ayuda, un consejo,
una corrección, un consuelo, quizás perdón o socorro
para mi alma y para mi cuerpo, para mí o para mis hermanos, iré a Jesús y diré:
“Maestro bueno, has prometido tratarnos con la misma medida,
es necesario que hagas desbordar la medida de la caridad”.
Amén.
El P. Andrés Prévot nació en Le Teil (Francia) el 9 de noviembre de 1840. En 1885 entró en la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado corazón de Jesús. Fue Maestro de Novicios y después Superior Provincial y Asistente General. Durante toda su vida religiosa se consagró al amor de Cristo y a la reparación. Practicaba la mortificación; amaba la vida interior y la oración continúa y estaba movido por un ardiente celo por la salvación de las almas. En él era habitual la unión con Dios y tenía una gran devoción a la Eucaristía y a María. La abnegación de sí mismo y la austeridad de vida se armonizaban con la caridad, la paciencia, la dulzura y la bondad. Sus libros muestran su fisionomía espiritual: humilde, tranquila y confiada. Murió en Brugelette (Bélgica) el 26 de noviembre de 1913.
Recemos por su beatificación.
Oración:
Corazón de Jesús, te adoramos y te amamos
como fuente de gracia y santidad.
Donde se posa un rayo de tu amor,
florecen las virtudes más hermosas.
Así has amado al padre Andrés Prévot.
Introduciéndolo en el misterio de tu Corazón traspasado,
le has comunicado la humildad,
el espíritu de víctima
y la ternura filial por María Santísima.
Sobre todo, has inflamado de amor divino su corazón
y le has hecho palpitar al ritmo de una caridad que rebosa toda medida.
Por eso te rezamos, Oh Corazón de Jesús,
para que glorifiques a tu siervo fiel y suscites en nosotros la añoranza de la santidad.
Guíanos por el camino de la virtud,
especialmente en la humildad y la mortificación,
Y, por su intercesión,
concédenos a nosotros y a nuestros hermanos el don de la paz,
la gracia que te pedimos…,
y la perseverancia final en tu Corazón.
Amén.