En el 57 aniversario de la muerte del P. Bernardo Longo, SCJ
Hace 57 años, el 3 de noviembre de 1964, el P. Bernardo Longo fue asesinado durante la rebelión de los «Simba».
«Deciros cuál es el secreto de la vida de un misionero es difícil. Creo que es Cristo, misteriosamente presente en el misionero. Cristo en la lengua, Cristo en el corazón, Cristo en el altar, Cristo en la escuela. Cristo en la ciudad, Cristo en las almas, Cristo entre los pequeños y grandes, Cristo amado y bendecido en la dura lucha del espíritu y de la carne. Encontrar un modelo para ser un misionero es difícil. Busco atraer la protección de la Virgen María, la madre de Cristo. La vida misionera, tomada en serio, es una cruz pesada. Siempre trato de volver a los principios sobrenaturales… Preparaos en la santidad, en la paz, en el equilibrio de vuestras facultades. Pero sobre todo, rezad con humildad. Queridos jóvenes, el misionero es un apasionado de Cristo. Vive como Pablo entre los peligros y las tentaciones. Pero tiene a Cristo que lo consuela» (P. Bernardo Longo a los escolásticos de Bolonia, 18 de agosto de 1951).
Hace 57 años, el 3 de noviembre de 1964, el P. Bernardo Longo fue asesinado durante la rebelión de los «Simba». Su martirio tiene sentido desde una vida entregada a la misión; pero sobre todo, a partir de una vida donada y ofrecida al Señor. Por Él se consagró y ofreció su vida hasta el final. Recemos por su beatificación.
Oración:
Te bendecimos
Señor Jesús, Buen Pastor,
porque has dado a la Iglesia
el siervo de Dios, Padre Bernardo Longo,
sacerdote de tu Corazón,
y lo llamaste para anunciar
el evangelio a los pobres
y dar testimonio de ello con el sacrificio de la vida.
Mira nuestra pobreza y, por su intercesión,
dígnate conceder la gracia que te pedimos…
Comparte con nosotros los sentimientos de tu Corazón
y danos tu Espíritu
para que nuestra vida se convierta
una ofrenda viva a Dios Padre
para su gloria y gozo.
Amén.