En el mismo barco de la Iglesia con la Familia Dehoniana

El decimoséptimo día del XXV Capítulo General comenzó con la Santa Misa celebrada en inglés. El celebrante principal fue el P. Andreas Suparman, superior provincial de Indonesia. En la sala capitular, el P. Andreas compartió su reflexión sobre la Palabra de Dios. En el Evangelio de hoy, la barca de los discípulos estaba siendo anegada por el mar tempestuoso. La barca es un símbolo de la Iglesia; aunque nos enfrentemos a peligros y dificultades, Cristo siempre está con nosotros, y si está en la barca, estamos a salvo. Si parece que duerme, debemos gritarle y pedirle ayuda: “Señor, sálvanos, que perecemos”. En tiempos de prueba, nuestro fundador, el P. Dehon, lo confiaba todo a las manos de Dios, esperando en su providencia que nunca falla. Pedir ayuda es una forma de oración; debemos recordar lo que nos dijo el Papa Francisco: “Sin oración nada se logrará”.

Tras la meditación, la Sra. Mariolina Lambo, dehoniana consagrada de Bolonia, presentó un informe sobre la Familia Dehoniana, preparado en espíritu de sinodalidad. Sus actividades se inspiraron en la carta programática del Superior General “Su camino es nuestro camino”, y en las indicaciones del Papa Francisco, que desea una “Iglesia en salida”. Guiados por el Espíritu Santo, se esforzaron por vivir el Sint Unum entre los diversos grupos de la Familia Dehoniana: SCJ consagradas, miembros de institutos religiosos fundados por SCJ, y laicos dehonianos que comparten nuestro carisma y espiritualidad. La Sra. Mariolina presentó los principales objetivos de la Familia Dehoniana:

• Definir el papel de sus miembros según su estado de vida.
• Dar a conocer la Familia Dehoniana a nuestros candidatos SCJ durante su tiempo de formación.
• Promover la formación de los laicos sobre el carisma dehoniano.
• Dar a conocer su Iter Formativo a todos.
• Mantener la comunicación a través de su “Newsletter”.
• Preparar un Encuentro Internacional de la Familia Dehoniana durante el centenario de la muerte del P. Dehon.
• Promover el desarrollo de la Familia Dehoniana en todos los continentes.

También hay algunas cuestiones a considerar: ¿Cómo mantener una buena comunicación con los distintos grupos de la Familia Dehoniana y su coordinación internacional? ¿Cómo hacer que la Familia Dehoniana sea más visible para el mundo? La Sra. Mariolina anima a todas las entidades a apoyar a los dehonianos laicos, porque “la familia dehoniana es un regalo para el mundo”, dijo.

Los grupos lingüísticos han centrado hoy su trabajo en el tema de la formación. Estos son algunos de los retos identificados por los grupos: buena formación de los formadores, trabajo como equipo de formación, falta de testimonio como formación con el ejemplo, promover la formación permanente y fomentar la participación de todos, promover la vocación y la formación de los religiosos hermanos (a menudo olvidados), candidatos con frágil identificación con nuestro carisma, importancia de la dirección espiritual, y uso adecuado de los medios sociales. Más adelante se propondrán recomendaciones y decisiones concretas que serán votadas por la asamblea capitular y asumidas por la Administración General.

Al final de los trabajos de hoy, hemos escuchado la intervención de dos misioneros invitados a hablar en el Capítulo: El P. Jesús Manuel Baena Valbuena, de origen español, miembro de la comunidad de Nimega (Países Bajos) desde hace tres años; y el P. Michael Fuh, nacido en Camerún y misionero en la comunidad de Trondheim (Noruega). El P. Jesús empezó citando una revista que leyó una vez en el Generalato, que decía: “Dios hizo el mundo, excepto Holanda, que la hicieron los holandeses”. Según él, esta afirmación habla de las luchas de los holandeses por construir su nación. Se puede decir que son testarudos, pero también están fuertemente orgullosos de sus valores y de su independencia. El P. Jesús vive en Nimega con otro cohermano en una vida comunitaria sencilla y alegre. Dice que, aunque la sociedad holandesa se ha distanciado de las prácticas religiosas tradicionales, muchas personas muestran el deseo de volver a la fe. Nuestros cohermanos sirven en grupos de oración, celebran la Eucaristía, ayudan a los sin techo y a los emigrantes, dirigen grupos de Lectio Divina, de jóvenes y estudiantes, grupos carismáticos, ayudan al seminario diocesano y actualmente están buscando una posibilidad de dedicarse a la pastoral penitenciaria. Esperamos que el cristianismo “no sea como la luz de una vela nocturna que se apaga, sino un fuego que sigue ardiendo para siempre”, concluyó el P. Jesús.

El P. Michael Fuh compartió su experiencia en la, como él la llamó, “misión bebé de la Congregación”. Dijo que en Noruega hay vitalidad y esperanza. Recordó que el propio P. Dehon visitó Trondheim en 1863 y dijo: “Rezaré de todo corazón a San Olav por la conversión de este pueblo”. Por tanto, nuestro fundador es el primer misionero en esta tierra. Nuestra comunidad dehoniana está formada por tres cohermanos que fueron acogidos por el obispo de Trondheim y se instalaron en la catedral. Aún están estudiando el idioma, pero ya han hecho progresos y son capaces de celebrar misa en noruego. Aunque el frío es un reto, el P. Michael compartió que son muy queridos por la gente, que aprecia su presencia. Según él, hay esperanza para la misión porque el cristianismo está creciendo en Noruega.

El P. Carlos cerró la sesión citando la pregunta del Evangelio de hoy: “¿Quién es éste a quien obedecen hasta el viento y el mar?”. Conocemos la respuesta, dijo, ¡es Cristo! Damos las gracias a los que nos acompañaron en la barca, a los miembros de la Familia Dehoniana y a todos nuestros misioneros del mundo entero. Recordemos la pregunta de Jesús a sus discípulos: “¿Por qué sois de poca fe? ¿Por qué tenéis miedo?” renovemos nuestra en el Señor.