Los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús nos sentimos agradecidos a Dios por poder contar entre los nuestros con uno que entregó libremente su vida hasta el extremo por la fe. Se trata del beato Juan María de la Cruz, nuestro querido P. Juan. Este año 2016 nos alegramos también de celebrar varios aniversarios clave en la vida de nuestro beato:
El próximo 23 de agosto se cumplirán 80 años de su martirio, que tuvo lugar a las afueras de la ciudad de Valencia, tras permanecer detenido un mes en la cárcel. Juan María de la Cruz no quiso renunciar a sus convicciones más profundas. A pesar de que las circunstancias fueran adversas, su ánimo era el de fidelidad a Dios y a su propia consagración religiosa y sacerdotal. Su vida y su muerte siguen siendo un estímulo y un ejemplo para vivir y desvivirnos hoy en nuestro ser y trabajar diarios.
Este año también conmemoramos los 90 años del inicio de su vida religiosa como SCJ, su Primera Profesión. El 31 de octubre de 1926, en Novelda, aquel sacerdote de Ávila, D. Mariano, cambiaba su nombre de pila por el de Juan María de la Cruz. Pero no sólo eso, hacía voto de castidad, pobreza y obediencia, según la Regla de Vida y las Constituciones de la Congregación. Al año siguiente, fue destinado a Puente la Reina donde trabajaría durante 9 años en el sostenimiento de la obra y sus seminaristas.
Se han cumplido ya los 100 años de su ordenación sacerdotal que tuvo lugar el 18 de marzo de 1916. Fue ordenado en Ávila por el obispo D. Joaquín Beltrán Asensio. Sus destinos parroquiales en aquella diócesis fueron Hernansancho, Villanueva de Gómez, San Juan de la Encinilla, Santo Tomé de Zabarcos y Sotillo de las Palomas (Toledo). En todos aquellos lugares dejó muestra de una entrega pastoral a favor, especialmente de los necesitados, los enfermos y la gente sencilla. Aún hoy las familias guardan en estos pueblos algunos recuerdos de aquel párroco, D. Mariano, tan bueno, tan santo…
Finalmente, vamos a celebrar 125 años del nacimiento del beato Juan Mª de la Cruz. El 25 de septiembre de 1891 venía al mundo en San Esteban de los Patos (Ávila) el primero de quince hermanos, hijo de Mariano García y Emeteria Méndez. Dos días después era bautizado en la iglesia parroquial con el nombre de su padre.
La iglesia románica del Crucifijo de Puente la Reina guarda los restos mortales del beato Juan María de la Cruz. Aquel seminario dehoniano navarro fue su casa, y a aquella obra dedicó sus últimos esfuerzos. Este lugar es, por tanto, el que mejor puede ayudarnos a mantener viva la memoria del P. Juan.
Tras la beatificación el 11 de marzo de 2001 en Roma, la Iglesia reconoce que el P. Juan María de la Cruz merece que todos lo podamos invocar como intercesor en la oración a Dios. Desde que fuera beatificado por san Juan Pablo II junto a los 232 mártires de Valencia, celebraremos su memoria con Eucaristía propia el 22 de septiembre.
Animémonos a conocer aún más al P. Juan, a vivir nuestro ser cristianos junto a él y a la luz del desenlace de su vida. A los dehonianos, saber y reconocer el testimonio de nuestro beato nos ayuda a valorar día a día nuestra propia vocación, a confiar en el Dueño de la mies, a no desalentarnos en las dificultades.
Así pues, me dirijo a todos los dehonianos y a quienes lean estas letras y se sientan atraídos por este testigo de la fe: hagamos que la fuerza del testimonio del beato Juan María de la Cruz, su santidad, ilumine un día también a toda la Iglesia.
ORACIÓN
Señor y Padre nuestro,
rico en bondad y misericordia,
que has regalado a tu Iglesia
el don del testimonio de tus hijos,
concédenos, por intercesión de tu siervo
el beato Juan María de la Cruz,
imitar su vida generosa y su entrega hasta el extremo
en el servicio de las vocaciones
y entre los pobres y sencillos,
siendo siempre testigos de tu amor. Amén.