Formación dehoniana en la India

Después de una larga peregrinación a la Embajada de la India en Roma, finalmente me informaron, el martes 11 de abril de 2023, a las 4:36 de la tarde, que podía ir a buscar mi visado, autorización sin la cual no se me permitiría ingresar en territorio indio. Respiré aliviado y comencé a prepararme para mi misión congregacional, promovida por el Centro de Estudios Dehonianos (CSD). Salí de Roma el 14 de abril a las 3:25 de la mañana, llegué a la India al día siguiente a las 9:00 de la mañana y aterricé en el aeropuerto de Chennai. Allí fui recibido calurosamente por mis hermanos, los PP. Rinu y Roy, respectivamente Superior y Ecónomo del Distrito de la India de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús.

Al día siguiente, domingo de la Divina Misericordia, tuve la oportunidad de participar por primera vez en una celebración eucarística en un contexto indio, en la Parroquia de Santo Tomás Moro, en Chennai. Todo era nuevo para mí, me sentía “en otro mundo”. Toda la celebración fue en lengua tamil. Gracias a Dios logré entender un poco, creo, a través de mi fe. Al final de la celebración, el párroco me pidió que me dirigiera a los fieles y los bendijera. ¡Qué fe! ¡Cómo sentí, en ese momento, la gran entrega de la gente! Después de la celebración, los fieles vinieron a saludarme e intercambiaron palabras conmigo. ¡Qué enorme hospitalidad y generosidad!

Como mi misión principal no comenzó hasta el 30 de abril, el Distrito, a través de su humilde servidor, el P. Rinu, elaboró un programa de tal manera que se me permitiera explorar y disfrutar cada minuto de mi estancia en la India. Así que dejé la tierra de Tamilnadu el 17 de abril y fui a Andhra-Pradesh. Me quedé en la Casa de Teología. Visité todas las comunidades de esta región y lugares importantes como la “Tierra Santa”, la Catedral de la Diócesis de Eluru, la Casa del Obispo y el famoso Santuario Mariano de Nirmalagri Matha. El 21 de abril por la mañana salí de la Casa de Teología hacia el Noviciado de Nambur, donde también visité el Seminario Menor. De Andhra me trasladé a Kerala el 22 de abril, acompañado del P. Michael Benedict, superior de la Casa de Filosofía, donde se realizó el retiro del 26 al 30 de abril. Fue un largo viaje en tren; sin parar, el más largo de mi vida (19 horas y 15 minutos). Visité nuestras comunidades y algunos otros lugares importantes como la basílica de San Andrés en Arthunkal, la iglesia de Thankey (donde se cree que en una estatua milagrosa de Jesús crece su cabello), la iglesia de San Jorge en Arasupuram y la Basílica de Santa María de la Diócesis de Varappuzha.

En pleno verano, el cielo nos bendijo con una hermosa lluvia, el 30 de abril, día en que comenzamos nuestro retiro, con el tema “Espiritualidad dehoniana y la Regla de vida”, propuesto por el P. Rinu. En el retiro participaron 27 religiosos de votos temporales y uno de votos perpetuos; en total 28, todos ellos entre dos y siete años de vida religiosa. Propuse que se añadiera al tema la proposición “en”, para que pasara a ser “Espiritualidad dehoniana en la Regla de Vida”. Considero que el abordaje del tema “Espiritualidad Dehoniana y la Regla de Vida” es un camino muy largo que, creo, es difícil de lograr en cinco días, aunque “Espiritualidad Dehoniana en la Regla de Vida” no lo es menos.

Dado que el tema principal era la Espiritualidad Dehoniana, mi objetivo era mostrarles cómo y dónde podemos encontrar expresiones de Espiritualidad Dehoniana en nuestra Regla de Vida. Abordamos el tema en cuatro momentos: primero, explorando el término “espiritualidad”; segundo, profundizamos en los antecedentes del P. Dehon para descubrir cómo construyó su propia espiritualidad y personalidad y la calificamos como “espiritualidad de P. Dehon”; luego pasamos a la Espiritualidad Dehoniana y el último punto, en forma de discusión abierta, fue la “indianización de la Espiritualidad Dehoniana”. Del enriquecedor compartir que surgió, pude sentir el interés y la sed que tienen mis jóvenes hermanos indios no sólo por conocer a fondo la identidad de la Congregación sino, sobre todo, su disposición a apropiarse de la herencia del P. Dehon en su contexto. Entre otros, están tocados por valores dehonianos: el espíritu de amor y disponibilidad; la espiritualidad de la reparación; la adoración diaria; y la hospitalidad dehoniana. Para la mayoría de ellos, la Espiritualidad Dehoniana no es más que una exposición de la identidad dehoniana. Por lo tanto, la India es un lugar propicio para difundir e implementar la Espiritualidad Dehoniana. El amor a Cristo y el amor a la sociedad deben impulsarnos a estar arraigados en Cristo y al mismo tiempo, a ser socialmente activos.

Para concluir este “feedback” de mi misión en la India, quisiera expresar mi profundo y enorme agradecimiento a la Administración General y al Centro de Estudios Dehonianos que hicieron posible esta experiencia. Fue un acontecimiento enriquecedor para mí, ya que siento que las enseñanzas que ofrecí son insignificantes comparadas con todas las experiencias que viví. Mi agradecimiento a todos los hermanos indios por su gran sentido de hospitalidad y, de manera muy especial, al P. Rinu, que siempre estuvo disponible para facilitar mi viaje a la India y mi estancia allí. Como los viajes formaron el carácter del P. Dehon y fortalecieron su fe (cf. NHV 1/115), estoy igualmente tentado a decir que mi misión en la India realmente desafió mi fe, especialmente esa tarde del viernes 21 de abril en Nambur, en la Casa del Noviciado, cuando me informaron de la repentina muerte de mi padre. En el espíritu del Ecce Venio, acepté esa situación, estando a más de mil kilómetros de mi familia biológica, y encomendé todo al Sagrado Corazón de Jesús que me ayudó a terminar mi misión con toda la serenidad posible. Que Dios continúe bendiciendo y sosteniendo la semilla que fue sembrada en la tierra india hace casi 29 años por los PP. Martin van Ooij y Andrew Ryder.