Carta para el 14 de marzo 2023, en el aniversario del nacimiento del P. León Dehon.
Irpin’ – Kiev, 10 de marzo de 2023
A los miembros de la Congregación
A todos los miembros de la Familia Dehoniana
En los pasados meses tres de los religiosos que participan en el programa del Centro de Estudios Dehonianos en Roma tuvieron la oportunidad de compartir parte de su aprendizaje en diferentes lugares de la Congregación, en concreto: Madagascar, Camerún, y la R.D. del Congo. En breve, otro más viajará a la India con el mismo propósito. Los que ya regresaron destacaron de lo vivido, el interés que encontraron entre los religiosos y miembros de la Familia Dehoniana por saber más sobre el P. León Dehon y su obra.
Así también lo hemos constatado durante las visitas que hacemos a las comunidades de la Congregación. De hecho, con frecuencia se pide al Gobierno general que promueva, sin dejar de lado las iniciativas locales, periodos de estudio que ayuden a profundizar en el patrimonio carismático que compartimos. Una petición tal requiere, sin la menor duda, la mejor atención y su puesta en práctica. Sin embargo, no bastaría contentarnos sólo con la oferta regular de este tipo de formación. Toca ir más allá. En este sentido, el horizonte deseable a alcanzar es que el encuentro más íntimo y reflexivo con el P. Dehon sea parte de lo cotidiano. ¿Cómo motivarnos a fijar tiempos y espacios en la agenda personal y comunitaria que permitan entretenernos más con él, con su espiritualidad y su obra? ¿Cómo propiciar un diálogo más abierto, amigable y habitual con él? Para que esto acontezca, el camino pasa por la familiaridad con sus textos y por la mediación provechosa que ofrecen los abundantes estudios realizados sobre su figura y sus escritos.
Al respecto, mucho ha cambiado el panorama actual de aquel otro que conoció el P. Teodoro Govaart scj, tercer superior general, cuando en el año 1942 invitaba a la Congregación a leer las primeras colecciones de textos del Fundador ante la proximidad del centenario de su nacimiento:
Estos Extractos tienen su utilidad, no sólo para los jóvenes, sino también para todos nuestros religiosos… En efecto, nos ofrecen la oportunidad de penetrar en el alma del Padre Dehon. Ellos serán una revelación para muchos. Nos hemos quedado en la parte externa de este gran hombre, en su comportamiento externo y en su obra… ¿Quién de nosotros ha penetrado en su interioridad y, desde allí, ha intentado dar a conocer a nuestro fundador? Ciertamente, muchos de los que hubieran querido hacerlo, no lo lograron porque las fuentes no estaban abiertas para ellos, más exactamente, permanecían inalcanzables.[1]
En la actualidad, bien diversamente, las fuentes están abiertas. Hoy, gracias al empeño de religiosos y colaboradores dedicados al estudio del P. Fundador, tenemos acceso tanto a la mayor parte de sus escritos como a biografías, ensayos, artículos y otras publicaciones que facilitan su conocimiento desde diferentes perspectivas[2]. Entre estas, por citar solo algunas, el testimonio de Mons. Laurent Philippe[3], segundo superior general; estudios como los del P. André Perroux[4], el P. Yves Ledure[5] o el más reciente del Dr. David Neuhold[6], traducido en diversas lenguas; elaboraciones didácticas aun por difundir como las del P. Quinto Ragazzoni[7] o la del P. Paweł Krok[8]. En fin, los materiales no faltan. Ahora que nos vamos acercando al centenario de su muerte, ¿no estamos acaso ante un momento particularmente oportuno para aprovechar con más dedicación tan buenos recursos? ¿Por dónde empezar?
El P. Dehon fue prolijo en su producción intelectual y en su apostolado. Lo sabemos. De esa manera expresó su genuino amor a Dios y el celo apasionado que tenía por su Reino en las almas y la sociedad. Sin embargo, la pasión también le llevó a excesos en algunas de sus páginas con opiniones puntuales y juicios de valor que bien pudo haber omitido, ponderarlos mejor o expresarlos, en todo caso, de manera diversa. Pero aun así, lo cierto es que desde su vivencia cristiana, nuestro Fundador se atrevió a contemplar, estudiar, pensar y entrar en diálogo permanente con su fe y con su época, marcada por la vicisitudes de hombres y mujeres de toda clase, lugar y condición que en ningún caso le resultaron ajenas.
Su legado no es el de un autorreferencial perdido en sí mismo, sino el de un buscador sincero que invirtió sus talentos con generosidad en el servicio exigente del Evangelio, en la fidelidad a la Iglesia y en aportes concretos a la sociedad. En efecto, de él podemos decir que aprendió a escuchar y a vivir el Evangelio, aceptó ser discípulo en la Iglesia y asumió ser un ciudadano comprometido en un mundo cada vez más urgido de amor y de reparación. En esta ocasión, el reto que queremos compartir con ustedes no es solo leer y conocer los escritos del Fundador, sino hacer nuestra su manera de discernir y dar respuesta a la llamada de Dios; su manera de entender la Iglesia y el mundo; su modo de relacionarse con la política, con trabajadores y empresarios; con la infancia y la juventud; con los eclesiásticos y la vida religiosa. ¿Qué lo motivaba? ¿Qué pretendía? ¿De qué manera su proceder nos ilumina hoy para no quedar indiferentes, superficiales o abstraídos ante lo que pasa a nuestro alrededor? La obra y los modos del P. Dehon tienen aún mucho que decirnos. Su palabra no pretendió ser palabra última ni punto final. Adentrarse en ella, por el contrario, significa participar de un dinamismo que cuestiona la vida e invita una y otra vez a reorientarla desde y hacia la fuente que lo sació siempre, el Corazón de Cristo:
Repaso las meditaciones que escribí sobre la Triple Corona (Couronnes d’amour), las completo. Es una gracia para mí. Me pongo en la disposición de un amor ardiente por el Sagrado Corazón. Es para mí el único camino donde puedo andar un poco firme. Las otras direcciones pueden convencer mi mente, pero no me cautivan con suficiente fuerza. Este es mi camino, esta es mi vocación. Jesús quiere de mí un tierno amor o nada. El amor me basta para todo; me ayuda a humillarme, a arrepentirme, a seguir los consejos de perfección, a mantenerme unido a Nuestro Señor. Esta es mi salvación y esta es mi santificación[9].
La celebración del nacimiento de nuestro Fundador nos motive a un mayor interés por su vida, su obra y su manera de vivir su compromiso cristiano. Allí encontraremos buena guía para acercarnos de su mano, con su letra y su testimonio, al Corazón que tanto amó.
En Él, fraternalmente,
P. Carlos Luis Suárez Codorniú, scj
Superior general y su Consejo
[1] T.G. Govaart, Lettere circolari III, Bologna 1958, 266.
[3] La personnalité du très bon père, Dehoniana (2014) 99-106.
[4] Le témoigne d’une vie, Studia Dehoniana 59, Roma 2014.
[5] Le Père Léon Dehon 1823-1925. Entre mystique et catholicisme social, Paris 2005.
[6] Mission und Kirche. Geld und Nation. Vier Perspektiven auf Léon G. Dehon, Gründer del Herz-Jesu-Priester, Bologna 2020.
[7] “Está todo por hacer”. Infancia y juventud de León Gustavo Dehon.
[8] La main de Dieu sur l’épaule. Père León Dehon Fondateur de la Congregation des Prêtres du Sacré Coeur.
[9] NQT 19/67.