Alejandro Iglesias lleva 23 años en Venezuela, ha estado en la parroquia de Mariara y actualmente es el Superior Regional de Venezuela en Caracas. Natural de Alba de Tormes, en 1991 llegó al país latinoamericano, con un único paréntesis de tres años que estuvo en Italia. En el mes de octubre, de las Misiones, hemos hablado con él.
– ¿Qué tarea están desarrollando en Venezuela?
– Los Dehonianos trabajamos en siete parroquias, llevamos un colegio también y tres centros médicos. Dada la situación, lo principal es que la vida religiosa esté presente y acompañe al pueblo en este momento difícil, diría que es una situación muy complicada, donde acompañamos en la vida del pueblo venezolano.
A través de los centros médicos buscamos medicinas, porque hay escasez. Y luego nos toca escuchar mucho a la gente, acompañarles en el dolor porque hay hambre, esa es la realidad, hay colas kilométricas también. Desde enero de 2016 la situación ha ido empeorando y se ve que la gente lo está pasando mal, desde tres situaciones: la inseguridad, la escasez de medicinas y la escasez de alimentos.
Nuestro trabajo sobre todo es de acompañamiento, de escuchar, de estar con la gente. A través de las parroquias también repartimos algo de alimentos, dentro de nuestra capacidad, y también a través de los centros médicos vamos recopilando medicinas, en la medida que podemos llevamos desde España.
Lo fundamental es estar presentes, son momentos difíciles, asistí a un encuentro de la CONVER (Conferencia Venezolana de Religiosos), y los Superiores que estábamos allá insistimos en no abandonar, en estar presentes dentro de nuestro Carisma, dentro de nuestras Obras Sociales. En la escuela igual, estamos acompañando a los niños, educando con valores, queremos otra Venezuela, dando ánimos a que se formen, sufrimos también nosotros muchas situaciones también de inseguridad, de robos, en la misma escuela a veces roban los alimentos, porque el hambre te lleva a eso. Dar esperanza al venezolano en este momento a pesar de las dificultades.
– ¿Perciben esa necesidad de estar más que nunca con el pueblo venezolano?
El sentimiento fue emotivo, del encuentro de la CONVER donde estábamos muchos religiosos y religiosas de toda Venezuela, que fue en mayo, era no abandonar el barco. Hay que estar ahí, sí hacemos algo y de allí salió un comunicado que se ha leído en nuestras Iglesias, y era sobre la “Defensa de la vida”, no tanto partidismo, hay cosas que estamos defendiendo, desde el Evangelio, la defensa de la vida, que no haya hambre, que no haya inseguridad, que haya una salud un poco más pudiente. Hay gente que ya ha muerto por falta de medicinas. A nosotros, como religiosos, nos confronta, te saca un poco, hay hambre, la gente pasa hambre, te piden… y eso te confronta interiormente y desde nuestras obras.
Las parroquias siempre tienen algo de Pastoral Social: distribución de alimentos, ayuda, pero claro, no está llegando a todos los que quisiéramos.
– ¿Cómo animaría a la gente a que acuda a Venezuela a ayudar en la Misión?
Desde el servicio, desde las ganas, a pesar de la situación, el estar y acompañar, me atrevería a decir que te hace feliz, te llena en la parte espiritual. Es difícil ahora estar, pero el servicio, la entrega en el día a día, diría que para eso nos hemos hecho religiosos, para ese servicio. Y eso te llena, te quita los disgustos. Hace falta estar fundamentado en la oración, en la Fe, todo servicio con la gente te llena.
