Padre de amor y de bondad
que nos ofreces el Corazón de tu Hijo
como fuente de amor y reparación,
a ti nos encomendamos
como servidores de la misericordia y de la reconciliación.
Que tu Espíritu nos guíe
para que, fieles al carisma del Padre Dehon,
nos comprometamos, con la presencia y el testimonio,
en la vocación de ir al pueblo.
Bendice la IX Conferencia general para que,
atentos a los gritos, anhelos y esperanzas de tu pueblo,
seamos promotores en la creación de una sociedad
más justa, fraterna y solidaria.
Amén.