Jesús hace un último esfuerzo para salvar a Judas en el momento de la traición
Meditaciones del P. Dehon sobre la Pasión de Jesús
Judas avanza armado de pericia y de violencia; Jesús se aproxima a Judas con las armas de la humildad y del amor. Judas le da un beso más cruel que todo un conjunto de flechas envenenadas. Jesús se inclina para recibirlo con una simplicidad y una generosidad totalmente divinas. Judas saluda a su Maestro con los gestos de una amistad fingida. Jesús le ofrece con un afecto sincero la ocasión de su salvación eterna.
Jesús le dice, ¿así traicionas al Hijo del hombre?, ¿con un beso? Piensa lo que haces. Aún estoy dispuesto a perdonarte.
Pero el desdichado se obstina en un interés mezquino. Vende su alma por unas monedas.
Jesús ve en él a todos aquellos que, en el curso de los siglos, se pierden por un miserable interés temporal. Su divino Corazón sufre más por la reprobación de su apóstol y de tantas almas que lo que sufrirá en la crucifixión.
Pero, ¡cómo brilla la bondad y la misericordia de Jesús en todas sus relaciones con Judas! ¿Aún podemos dudar de la bondad del Corazón de Jesús? ¿Podemos no amarle y rehusarle nuestra confianza?
(P. Dehon, Coronas de Amor al Sagrado corazón de Jesús II, 1905)