“Más allá de las estadísticas, los migrantes y refugiados tienen rostros”

Comparto con los hermanos la experiencia que tuve del 20 al 22 de septiembre cuando participé, de manera virtual, en la Conferencia Internacional Teología de la Movilidad Humana en el Siglo XXI. Fue una experiencia muy rica; no imaginaba la magnitud de los problemas y del trabajo realizado.

Fue dirigido por un equipo intercongregacional, coordinado por la Unión Internacional de Superiores Generales (UISG), la Unión de Superiores Generales (USG) y el Instituto Scalabrini de Migración Internacional (SIMI).

El primer día comenzó con enfoque en el estudio bíblico y el fenómeno de las migraciones, moderada por Elizangela Chaves Dias, maestra de estudios bíblicos en la Universidad Pontificia Urbaniana, y los ponentes fueron Nuria Calduch-Benages, maestra de Antiguo Testamento en la Universidad Pontificia Gregoriana, y vănThanh Nguyễn, maestro de Estudios del Nuevo Testamento (Chicago, EEUU). Ese día también hubo presentaciones del Padre Pat Murphy, de la Casa del Migrante, y de la Hermana Rosita Milesi, del Instituto de Migraciones y Derechos Humanos (IMDH), sobre el trabajo en las rutas migratorias en Tijuana, México.

El segundo día se dedicó a la reflexión teológica sobre las migraciones y el moderador fue Gioacchino Campese, maestro de Teología Pastoral de la Movilidad Humana en la Pontificia Universidad Urbaniana. Ese día hubo conferencias de Regina Polak, de la Universidad de Viena, y Daniel Groody, de la Universidad de Notre Dame. Los testimonios centrados en el trabajo de las organizaciones religiosas contra la trata de personas y la migración forzosa fueron presentados por David Holdcroft, sj, especialista en educación profesional y postsecundaria en el Servicio Jesuita a Refugiados de Roma, e Yvonne Clémence Bambara, de la red Talitha Kum, una organización de mujeres consagradas que trabaja contra la trata de personas.

El tercer día se dedicó a la realidad pastoral, es decir, a las acciones pastorales concretas que la Iglesia y las congregaciones religiosas llevan a cabo en los países de origen, tránsito y llegada de los migrantes y refugiados. Lo más interesante fue la puesta en común sobre el trabajo intercongregacional de los Hermanos Maristas y La Sale, realizada por los Hermanos Rafael Matas Roselló, Consejero General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, y Valdícer Civa Fachi, Director de CMI (Colaboración para la Misión Internacional) de los Hermanos Maristas, con el Proyecto Fratelli en Líbano. También se contó con la participación de Suresh Sundram, Director de Investigación del Programa de Salud Cabrini para Solicitantes de Asilo y Refugiados (Melbourne, Australia). En cuanto al testimonio de Suresh Sundram, le llamó la atención lo que escuchó de un refugiado: “en nuestro país matan el cuerpo, aquí matan nuestra alma”.

¿Qué queda de estos tres días? La Conferencia ha terminado, pero el llamado del Papa Francisco a acoger a los migrantes y refugiados permanece, recordando que somos “migrantes y peregrinos como nuestros antepasados” (1Cor 29,15). La Iglesia siempre ha asumido el peso del sufrimiento, pero también las esperanzas de todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. Es necesario superar los desafíos de la discriminación y el aislamiento para alimentar la esperanza de la fraternidad. Recuerda que, más allá de las estadísticas, los migrantes y los refugiados tienen rostros. Son hombres, mujeres y niños que lo dejan todo en busca de un lugar donde vivir. Es necesario acentuar nuestra espiritualidad encarnada en la contemplación del rostro de Dios para atender el rostro de los hermanos.

Para los interesados, las conferencias pueden encontrarse en: http://directportugues.uisg.link