04 julio 2024
04 jul. 2024

Reflexión sobre la Palabra de Dios

Reflexión diaria sobre las lecturas de la liturgia del día

de  Arildo José Ferrari, scj

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Queridos hermanos capitulares. Muy buenos días. Estamos en las vísperas de terminar este Capítulo General y, quizás, nuestra mente y corazón ya están más allá de las fronteras de Roma. Es la última meditación de la Palabra de Dios aquí en la sala capitular, por eso quiero compartir con ustedes mi humilde reflexión sobre la Palabra de la Liturgia de hoy.

En la primera lectura (Amós 7,10-17) encontramos la respuesta de Amós a Amasías: “Yo no soy profeta ni hijo de profeta. Yo era un pastor y cultivador de sicomoros. Pero el Señor me arrancó de mi rebaño y me dijo: “Ve, profetiza a mi pueblo Israel”. Amós recibió un mandato, una misión de Dios. “Ve y profetiza”. Amós era un pastor, un campesino, es llamado y enviado por Dios, para anunciar el mensaje de Dios y denunciar las injusticias contra el pueblo.

La lectura nos presenta claramente la fidelidad de Amós a la llamada de Dios. A pesar de los obstáculos el sigue fiel al Señor. En un mundo que constantemente está en Trasformación, necesitamos profetas como Amós, que sean capaces de luchar contra las injusticias sociales y morales. Necesitamos profetas que sean capaces de anunciar el amor de Dios. Necesitamos profetas coherentes con el llamado de Dios. Necesitamos profetas del Amor y ministros de la Reconciliación.

Nuestra regla de vida nos enseña: “El Padre Dehon espera que sus religiosos sean profetas del amor y servidores de la reconciliación de los hombres y del mundo en Cristo”. (cf. 2Cor 5, 18; Cst 7). En el acto de Oblación de hoy pedimos al Espírito Santo: “Reafirma en nuestros corazones el deseo de ofrecernos al Padre, la Disponibilidad para servirlo, la alegría de sentirnos hijos suyos y hermanos de todos los hombres”. Este tendría que ser el ideal de una vida dehoniana: ofrecimiento, disponibilidad, servicio, alegría y hermanos de todos.

En el evangelio de hoy (Mt 9,1-8) encontramos la hermosa actitud de Jesús al perdonar los pecados: “¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados”. La actitud de Jesús es una invitación a ir más allá de la realidad coyuntural del otro. Es la actitud de ir al encuentro, de cercanía, de misericordia. Es una actitud que inyecta vida en el paralitico…etc. Nosotros también somos llamados como dehonianos a gastar y dar la vida por los demás.

Pero también el evangelio de hoy presenta la actitud de la gente, “Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían…” es una actitud de fe, de esperanza, de confianza, de amor al enfermo. Es muy reconfortante contar con verdaderos amigos y hermanos que, con su testimonio de vida, nos acercan a Jesús. En este mundo en transformación hay muchos paralíticos que necesitan la ayuda de un Dehoniano, para acercarse a Jesús.

Por último, vemos en evangelio de hoy la actitud de los escribas: “Éste blasfema”. Es una actitud mezquina de protesta, condena, falta de empatía, ignorancia. Pero, Jesús sigue su misión de proclamar la “Buena Noticia”, perdonado al hombre paralitico y sanando su enfermedad física y espiritual. En nuestro ministerio también encontramos personas con una actitud similar a la de los escribas, pero confiados en la gracia de Dios debemos seguir fieles a la misión que Cristo nos confía.

En Padre General, en la conclusión de su informe, dijo: “en un mundo que no deja de conocer situaciones conflictivas, desde las más domésticas a las más globales, nuestro carisma de amor y reparación tiene mucho que ofrecer. Necesitamos cuidar la capacitación espiritual y humana para acompañar verdaderos procesos de reconciliación y de reparación, tanto en la Iglesia como en la sociedad”. Esta es nuestra misión ofrecer lo que somos y lo que tenemos el carisma de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, Amor y Reparación. Para eso debemos ser sacerdotes con las 3 s: ¡Sanos, Sabios y Santos!

La pregunta es: ¿Cuál es mi actitud en un mundo en transformación, donde encontramos los falsos profetas?

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