24 junio 2024
24 jun. 2024

Reflexión sobre la Palabra de Dios

Reflexión diaria sobre las lecturas de la liturgia del día

de  Juan José Arnaiz Ecker, SCJ

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Misterio de llamada: “El Señor me llamó desde el vientre materno”.
Misterio de formación: ‘boca como espada’; ‘protección en la mano del Señor’.
Misterio de envío: iniciativa de Dios que disuelve el cansancio y el sinsentido cuando (y porque) la misión es suya, cuando Dios es fuerza.
Misterio de reparación: ‘restablecer las tribus’, ‘hacer regresar a los supervivientes’, ser luz, ser cauce de salvación.

El misterio de llamada y formación que, en una sola palabra, es misterio de Amor; y el misterio de envío que, en una palabra, es misterio de Reparación tiene Nombre: “Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús”.

Ese es el Nombre de quien ya vino y ha prometido regresar. En este “mientras tanto” se redimensiona la vocación y misión de San Juan Bautista, modelo de nuestra vida religiosa dehoniana.

En cada Eucaristía, como en la página evangélica de hoy, Jesús sigue saliendo a los caminos para predicar el Reino; ¡incluso, ya cuando crezca, lo hará con discursos sobre la montaña o en lo privado de una sobremesa con sus apóstoles y, sin embargo, amigos (que no siervos)!

En cada Eucaristía, como en la cotidianidad de dos primas llenas de ‘buena esperanza’, se da el milagro de la novedad que transforma.

“Ninguno de tus parientes se llama así”, le decían a la madre ya anciana, a Isabel. Y “Juan es su nombre” rubricó el anciano Zacarías, sacerdote por nacimiento, padre de milagro y mudo por castigo, por querer servirse de (y no servir a) Dios, como la tormenta del lago silenciada en el evangelio de ayer…

Pero, estando en el misterio de la fe (esa que toca toda la existencia, ¡toda!), cuando Zacarías obedece, la boca y la lengua se le sueltan para bendecir al Dios que transforma todo y siempre conforme a su voluntad, que es, eterna y tangiblemente, amor que se pone al servicio de la sencilla y simple reconciliación de un hijo con su padre; eso que llamamos reparación.

Nosotros participamos de este misterio de llamada y de elección. Lo expresamos en la obediencia que aquí, como Capítulo general, ejercemos ante la autoridad del Señor Jesús que, resucitado, nos convoca.

En efecto, por estar, movernos y vivir en Él puede ocurrir, como a Zacarías, algo muy grave: la des-viación; permitir que nuestro corazón se des-víe (¡eso nos han advertido una tras otra las primeras lecturas de la pasada semana y por algo sería!); que se des-encamine, que se desvíe detrás de ídolos, intereses, acepción y juicio de personas, de ideologías, de vendernos al mejor pagador o de esclavitudes varias.

El peor de estos desvíos es para nosotros el que describió el profeta Ezequiel: “¡ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar las ovejas? Os coméis las partes mejores, os vestís con su lana; matáis las más gordas, pero no apacentáis el rebaño” (Ez 34, 2-3). O, dicho de otro modo, olvidar que cada día, simplemente, vivimos en una “gran misericordia”.

El precio del desvío y el olvido es el silencio y la manipulación de Zacarías. Su precio es cansarse en vano, es gastar las fuerzas en vientos de doctrinas, de estilos, de estéticas… y olvidarse de que la casa y la descendencia que se le dio (y que, en nuestro caso aquí, se llama Congregación) tan solo necesita de una cosa diaria: un simple y gozoso “Aquí estoy”, dicho en el silencio del corazón, dicho en los gestos de hacer lo que se debe en cada momento, esto es, dejarse sondear y conocer, levantados o sentados, por el mismísimo Dios.

Por todo este misterio, con Zacarías, padre del profeta Juan Bautista que anuncia la transformación por la conversión, cada día decimos: “Bendito sea el Señor, Dios de Israel…” Por eso cada tarde, en comunión con María, magnificamos la verdad vivida: “Proclama mi alma la grandeza del Señor…” y por eso, hoy, en el misterio de la elección, decimos de nuevo, todos, con el salmista: “Te doy gracias porque me has escogido portentosamente”.

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