Entrevista con el padre general Carlos Luis Suarez, compartiendo la experiencia de su visita a los hermanos de la nueva misión de Colombia.
Padre en Colombia ¿Cómo ha sido el recibimiento? ¿Cómo ha sido encontrarse con los hermanos en esta nueva misión?
A penas acabo de regresar de Colombia después de casi veinte días con nuestros tres hermanos que están allá. El padre Joko Susilo de la provincia de Indonesia, el padre Delio Ruíz que es argentino, pero pertenece a la región de Filipinas y el padre Rafael Nóbrega que es de la provincia de Brasil, San Pablo. Los tres empezaron hace ya nueve meses esta nueva presencia de la congregación, la primera en Colombia. Ellos están muy contentos, en un periodo pequeño de tiempo han logrado un conocimiento del lugar, he podido ver que son apreciados y conocen bastante a los vecinos, a las familias en el entorno. Hay también una buena sintonía y buena colaboración a nivel de coordinación pastoral con el arzobispado y con el vicariato al que pertenecen que es la vicaría de San Pablo en la parte sur de Bogotá.
Nuestros hermanos están insertos dentro un sector popular, un barrio como le llamamos en Venezuela ¿Cuál es el trabajo principal de los hermanos en su apostolado con las personas que acompañan?
Conversando con ellos y sintetizando de alguna manera podemos decir que el primer trabajo es la construcción de la misma comunidad religiosa. Una comunidad que está encontrando su engranaje dada la diversidad de cada uno de los miembros que la componen; una comunidad que va viviendo su consagración religiosa dentro de nuestro carisma dehoniano y ese ser hermanos, ese vivir juntos, saber compartir, saber orar, saber proyectar el camino es sin duda el primer desafío.
En un segundo momento el trabajo pastoral propiamente es el servicio a una comunidad constituida en torno a una parroquia que se llama Jesucristo Puerta de la fe. Tiene toda la dinámica que tiene el trabajo parroquial ellos están conociendo y se están haciendo conocer. Piensa también que hemos llegado en plena pandemia, incluso dos de nuestros hermanos han tenido Covid y uno de ellos hasta dos veces, entonces han participado de toda esta realidad de tantas personas y esto sin duda ha limitado un poquito la actividad, pero a pesar de todo creo que ha sido providencial a pesar de tanto sufrimiento, les ha permitido tener una introducción bastante serena, no ha sido tan brusca por las limitaciones que ha impuesto la pandemia.
En cuanto a la realidad social es una parroquia que pertenece a la periferia de la gran ciudad de Bogotá, el territorio se llama Usme y nuestro sector Puerta al Llano porque es donde termina la ciudad de Bogotá y empieza el descenso a los llanos colombianos. Es un área de una población muy diversa, muchos son inmigrantes que vienen de diversos lugares de Colombia, un grupo por ejemplo son indígenas que buscan sobre vivir en las grandes ciudades como pasa en otros lugares de América Latina; hay también un grupo de desplazados, de familias, de personas que tuvieron que dejar sus lugares de origen por la situación conflictiva sobre todo por la violencia continua entre la guerrilla y las fuerzas armadas; hay también población de origen afroamericano muy significativa, son grupos que están conociendo nuestros hermanos, es esa clase popular que trabaja que tiene que bajar todos los días a la ciudad, a la fatiga, en fin. Una realidad que no deja de ser común en las grandes ciudades del continente latinoamericano.
¿Se quedarán solo tres religiosos en la misión? ¿Se están buscando más misioneros? ¿Se espera disponibilidad? O ¿El padre general está buscando algunos candidatos?
Quisiéramos concretar todavía el grupo, y sí hay candidatos, algunos se han ofrecido, a alguno le he sugerido la posibilidad tal vez de ofrecerse también a esta misión y creo que en breve eso se podrá concretar, tener un religioso más que pueda acompañar a los que ya están allá. Estamos trabajando en eso porque es un proyecto muy bonito y nos habla también de la internacionalidad como expresión de nuestra comunión, expresión de nuestra solidaridad misionera, pastoral y fraterna que tenemos que seguir consolidando.
La última pregunta que quiero hacer no sé si pueda ser respondida, pero hay que hacerla. Sabemos que nuestro carisma y misión tiene una gran amplitud y se vive de forma diversa según la realidad de cada entidad, por eso me gustaría saber ¿Qué es lo más característico que vamos a compartir los dehonianos o comparten los dehonianos en este momento histórico en Colombia? ¿Qué llegamos a dar en esta iglesia local en este sector en específico? ¿Y a la gente qué le estamos dando?
Aunque sin duda nosotros estamos llegando, estamos aprendiendo, somos pequeñitos tenemos que ser muy humildes, muy atentos. Yo creo que podemos dar mucho y la iglesia de Colombia lo espera. Tuvimos un encuentro con el señor arzobispo monseñor Luis José Rueda Aparicio, muy cordial con nosotros y con nuestra comunidad, también tuve un encuentro con el vicario episcopal de la zona sur, monseñor Nelson Enrique Ortiz Rozo, también muy cordial. Con ellos fuimos hablando un poco de estas cosas, es cierto que Colombia por la situación conflictiva necesita mucho de reconciliación, y nosotros tal vez debemos ser como aquel niñito del Evangelio: yo lo que tengo es esto, unos panes y unos pescaditos. Y nosotros lo que tenemos es un deseo muy grande de trabajar al servicio de la reconciliación, al servicio de una sociedad que necesita ser reparada porque hay un desgarro muy fuerte por tantos años de violencia y por el drama que suponen las migraciones internas, los desplazamientos. Creo que por ahí tenemos bastante trabajo que hacer, de hecho, se dio la idea de que este trabajo de reconciliación se puede comenzar a nivel familiar, es una propuesta que surgió en estos días de encuentro con el vicario episcopal de la zona sur, y bueno allí ya quedaron nuestros hermanos con la tarea de seguir reflexionando cómo irle dando forma a este proyecto de iniciar caminos de reconciliación al servicio de las familias en primera instancia.
Esto ha sido todo, una entrevista sencilla y fraterna sobre todo para que los hermanos de la congregación y todos los que nos ven y leen se enteren un poco de nuestra realidad en Colombia. También se esperan manos disponibles que ya las hay, y que podamos orar por las vocaciones y las misiones que vamos compartiendo también en conjunto. Padre bendícenos y gracias por la entrevista.
Dios te bendiga y muchos saludos a los hermanos.