Meditación del P. Dehon sobre el misterio de la Navidad, extraída del primer volumen de “Coronas de amor al Sagrado Corazón de Jesús.”
La vida escondida es la que no tiene actos exteriores aparentes, o acto muy simples. Algunas veces Dios quiere esta vida escondida para el exterior, otras veces no. Quiso la vida escondida exterior para él durante 228 treinta años. La vida escondida en Dios, él la quiere siempre, es el principio de unión más íntima con Dios. La vida escondida en dios es la inmolación del corazón por excelencia, es la que perfecciona las disposiciones de la profesión de inmolación.
En qué consiste? Es la comunicación continua o casi continua con Dios. O se hace desde fuera, como si alguien golpease la puerta, sino desde dentro, con alguien que está en casa: Esto mihi in domum refugii (Sal 30,3). El Corazón de Jesús, en toda su vida, estuvo siempre perdido en Dios en una oración continua que consistía en el amor y en la oblación de sí mismo continuamente repetida. Ni perturbación ni inquietud estaban en su Corazón. No hacía más que actos continuos de oblación y de amor, no comunicaba sino habitualmente más que esto: había en Él un estado estable, inmutable, estaba establecido en Dios. Ningún término expresa mejor esta idea, era un estado habitual.
Aplicaciones prácticas
Por nosotros mismos no podemos ir a Dios sino por el Sagrado Corazón; es el Corazón de Jesús donde debemos unirnos a Dios y comunicar con Dios; allí encontraremos al Padre y al Espíritu Santo en el Corazón del Hijo.
L. Dehon, Coronas de amor al Sagrado Corazón de Jesús, 73-74