Carta de Navidad 2022
El calendario de las visitas a las Entidades de la Congregación este año nos ha permitido a dos miembros del Gobierno General vivir buena parte del Adviento en el Congo (RDC) y además poder celebrar aquí la Navidad. Hace 125 años llegaron a esta tierra los primeros religiosos de la Congregación enviados por el P. Dehon. Dios ha bendecido a esta misión con la alegría de hombres y mujeres que han ido abrazando la fe; también la bendecido con la fidelidad de quienes aquí entregaron la vida o pasaron por estas comunidades haciendo el bien. La sigue bendiciendo con vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal, con la generosidad de bienhechores y con frutos de santidad tan hermosos como el de la Beata Anuarite Ngapeta, religiosa de la Sagrada Familia de Kisangani, congregación fundada por uno de nuestros pioneros en el Congo.
Dios quiso que la vida de esta religiosa llegara a ser para su pueblo un verdadero regalo (zawadi, en swahili, su lengua materna). La Iglesia local la presenta como un hermoso modelo para la juventud, pues supo vivir el verdadero Amor. La beata Anuarite lo fue aprendiendo en la escuela de la familia de Nazaret. Allí fue centrando su vida en Jesús, como lo hicieron María y José. Con ellos aprendió a contemplar al pequeño de Belén y a expresarle de muchas maneras su amor: “Yezu tu”, “Solo Jesús“, gustaba repetir en su oración. Llegada la hora de la prueba, con su amor y su perdón derrotó el odio de quien le arrebataba la vida. Ella no tuvo más fuerza que la de su “solo Jesús” llevado al extremo.
Como ella, ya antes María y José habían vivido un confiado “solo Jesús” y así fue posible que la Palabra tuviera hogar. Los pastores, compartiendo el “solo Jesús” de cada uno de ellos, lograron que la noche quedara henchida de esperanza. Los sabios venidos de lejos, por su parte, con su osado “solo Jesús” abrieron el camino de la Buena Nueva a todos los pueblos. Y así, el “solo Jesús” de tantas otras personas sigue dando ternura, derrotando egoísmos y reparando brechas en tantos lugares y situaciones del mundo.
Que en esta Navidad se renueve tu “solo Jesus” y seas testimonio creíble de cuanto para nosotros ha adquirido el Niño de Belén (cf. Cst 57).
En Él, te deseamos una feliz Navidad y un nuevo año de mucha paz compartida.
P. Carlos Luis Suárez Codorniú, scj
Superiore general
